domingo, 1 de julio de 2012




TEST DE COMPRENSIÓN LECTORA N° 2

I.- DATOS GENERALES:
APELLIDOS Y NOMBRES:……………………………………………………………
GRADO:……………………………………………….. FECHA:……………………..
II.- OBJETIVO:
Identificar el nivel de comprensión lectora de los alumnos del sexto grado de Educación Primaria  de la I.E. “Fe y Alegría Nº 52  Pedro Arrupe” de Ilo
III.- ITEMS:
LEE CON ATENCIÓN  

EL CABALLERO CARMELO
(Fragmento)
En medio de la expectación general, salieron los dos hombres, cada uno con su gallo. Se hizo un profundo silencio, y soltaron a los dos rivales. Nuestro Carmelo, al lado del otro era un gallo viejo y achacoso; todos apostaban al enemigo como augurio de que nuestro gallo iba a morir. No falto aficionado que anunciara el triunfo del Carmelo, pero la mayoría de las apuestas favorecía al adversario. Una vez frente al enemigo, el Carmelo empezó a picotear, agito las alas y cantó estentóreamente. El otro, que en verdad no parecía un gallo fino de distinguida sangre y alcurnia, hacia cosas tan petulantes cuan humanas: miraba con desprecio a nuestro gallo y se paseaba como dueño de la cancha. Enardeciéndose los ánimos de los adversarios, llegaron al centro y alargaron sus erizados cuellos, tocándose los picos sin perder terreno. El ajiseco dio la primera envestida; entablose la lucha; las gentes presenciaban en silencio la singular batalla, y yo rogaba a la virgen que sacara con bien a nuestro viejo paladín.

Batíase el con todos los aires de un experto luchador, acostumbrado a las artes azarosas de la guerra. Cuidaba poner las armadas patas en el enemigo pecho, jamás picaba a su adversario- que tal cosa es cobardía – mientras este, brabucón y necio, todo quería hacerlo a aletazos y golpes de fuerza.

Jadeantes, se detuvieron un segundo. Un hilo de sangre comía por la pierna del Carmelo. Estaba herido, mas no parecía darse cuenta de su dolor. Cruzáronse nuevas apuestas a favor del ajiseco, y las gentes felicitaron ya al poseedor del menguado. En un nuevo encuentro, el Carmelo cantó, acordose de sus tiempos y acometió con tal furia que desbarató al otro de un solo impulso. Levantose este y la lucha fue cruel e indecisa. Por fin, una herida grave hizo caer al Carmelo, jadeante…

-¡Bravo! ¡Bravo el ajiseco! – gritaron sus partidarios, creyendo ganada la prueba. Pero el juez, atento a todos los detalles de la lucha y con acuerdo de cánones, dijo:
-¡Todavía no ha enterrado el pico, señores!

En efecto, incorporose el Carmelo. Su enemigo como para humillarlo, se acercó a él, sin hacerle daño. Nació entonces, en medio del dolor de la caída, todo el coraje de los gallos de Caucato. Incorporado el Carmelo, como un soldado herido acometió de frente y definitivo sobre su rival, con una estocada que lo dejó muerto en el sitio. Fue entonces cuando el Carmelo que se desangraba, se dejó caer, después que el ajiseco había enterrado el pico. La jugada estaba ganada, y un clamoreo incesante se levantó en la cancha.

Felicitaron a mi padre por el triunfo, y como esa era la jugada más interesante, se retiraron del circo, mientras resonaba un grito entusiasta.
-¡Viva el Carmelo!

Yo y mis hermanos lo recibimos y lo condujimos a casa, atravesando por la orilla del mar el pesado camino, y soplando aguardiente bajo las alas del triunfador, que desfallecía.

Dos días estuvo el gallo sometió a toda clase de cuidados. Mi hermana Jesús y yo, le dábamos maíz, se lo poníamos en el pico; pero el pobrecito no podía comerlo ni incorporarse. Una gran tristeza reinaba en la casa. Aquel segundo día, después del colegio, cuando fuimos yo y mi hermana a verlo, lo encontramos tan decaído que nos hizo llorar. Le dábamos en nuestras manos, le acariciábamos, le poníamos en el pico rojo granos de granada. De pronto el gallo se incorporó. Caía la tarde y por la ventana del cuarto donde estaba, entro la luz sangrienta del crepúsculo. Acercose al la ventana, miro la luz, agito débilmente las alas y estuvo largo rato en la contemplación del cielo. Luego abrió nerviosamente las alas de oro, ensoñoreóse y cantó. Retrocedió unos pasos, inclino el tornasolado cuello sobre el pecho, tembló, desplomose, estiro sus débiles patas escamosas, mirándonos amorosos, expiró apaciblemente.

Abraham Valdelomar.

MARCA CON UNA ASPA LA ALTERNATIVA CORRECTA
 
  1. ¿Por qué las apuestas se inclinaban al Ajiseco?
a. Porque era más joven
b. Porque era más viejo
c. Porque demostraba más altivez
  1. ¿Cómo se comportaron los gallos durante la pelea?
a. Agresivos
b. Confiados
c. Expectante
  1. ¿En que momento de la pelea se despierta el coraje del Carmelo?
a. Cuando el rival lo miraba con desprecio
b. Cuando apostaban contra el
c. Cuando se vio herido

4     ¿Por qué hicieron pelear el Carmelo con el Ajiseco?
a. Porque pensaban que joven Ajiseco iba a ganar 
b. Porque era una fiesta patronal
c. Porque los dueños eran rivales
5     ¿Qué demostraba el Ajiseco al mirar con desprecio al Carmelo?
a. Que el Carmelo ya estaba viejo y achacoso
b. Orgulloso y seguro de si mismo
c. Se creía un gran paladín
6     ¿Qué significado tendría si el Ajiseco ganaba la pelea?
a. Mas vale maña que fuerza
b. Que la inexperiencia es mejor que la experiencia
c. Que los jóvenes siempre ganan
7     ¿Qué demostró el Carmelo al sobreponerse cuando todos pensaban que había muerto?
a.  Valentía y coraje
b.  Que se sentía derrotado 
c.  Que estaba vivo 
8     interpreta la siguiente frase: “En medio de la expectación general”
a. En el centro del espectáculo
b. Ante la minada del público presente
c. A vista de todos
9     ¿Estas de acuerdo que se realicen las peleas de gallos?
a. Si, porque es divertido
b. No, porque ponen en riesgo la vida de los animales
c. Si, porque se gana dinero
10  ¿Qué mensaje nos deja esta lectura?
a.  Proteger a los animales
b.  Nunca darse por vencido
c.  No despreciar al rival
GRACIAS

“QUIEN ESTUDIA, TRIUNFA”

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